“Somos
diseñadores de nuestros sueños y arquitectos de nuestros obstáculos”
Por:
Miriam Elena Fonseca Garrido.

Día con día, quejarnos de la
economía, del gobierno, de la inseguridad y de nuestro país, se ha convertido
en un tema común, del que todos opinamos aún sin tener conocimientos acerca de
ello, muchas veces, solo repetimos la opinión de alguien más o hablamos sin
sentido alguno.
Estoy de acuerdo en que
vivimos en un país donde la política tiene más peso que la soberanía, y donde
el dinero es sinónimo de poder, pero ¿hasta qué punto somos esclavos de este
sistema?.
Debemos de empezar a
autoanalizarnos, desde la educación que recibimos en casa cuando éramos
pequeño. Acaso no era común que en los días fríos de invierno, tus papás
dijeran “¡No vayas hoy a la escuela!,¡ no vaya a ser que te enfermes!”, desde
ese momento estábamos condenados a pensar que un mínimo cambio en el clima, era
razón suficiente para suspender todo un día de actividades, pero, ¿qué pasa con
las personas del primer mundo?, ¿acaso no son esos países los que tienen cambios
de clima más radicales?.
Deberíamos de ponernos a comparar y a analizar
¿cómo es un día de la semana de un niño alemán y de uno mexicano?, les puedo
asegurar que encontraríamos demasiadas diferencias, pero también muchas similitudes.
Ambos niños, poseen los mismos elemento fisiológicos, puede que varíen en tonalidades y
características propias de la raza, pero ¿qué es lo que determina que uno
tendrá más oportunidades que el otro?, ¿acaso el niño alemán nace con un acta
que le garantiza una vida de primer nivel?. La diferencia no está en si una
persona nace en una cuna de oro o en una de paja, o si nace en un país
desarrollado o en uno subdesarrollado, si no, en ¿qué hará esa persona para
romper con el ciclo de la pobreza?.
Nadie nacemos condenados a
ser eternamente pobres, ni a vivir en un país sin oportunidades, esto es una
decisión de la que somos responsables cada uno de nosotros, y que vamos a
determinar con cada acción que hagamos a lo largo del camino de nuestra vida.
Tal vez, algunas personas nazcan
con más facilidades que otras para lograr las cosas, pero esto no es sinónimo
de que ellas tienen un futuro garantizado.
Debemos de convertir las amenazas
en oportunidades y las debilidades en fortalezas, borrando de nuestro panorama
los obstáculos y fronteras, ampliando nuestra visión más allá de las
situaciones adversas que nos rodean, porque solo de nosotros depende hacer florecer la primavera que todos llevamos
dentro.
1 comentarios:
Estoy de acuerdo, me gusta la frescura con que manejas el tema, tu redacción es muy libre y explícita, te felicito.
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